miércoles, 12 de marzo de 2008

Carta de un soldado a su novia

Cariño mío:

Ahora mi vida voy a contarte lo que esta pasando aquí. Sé que te llevarás una gran sorpresa cuando te llegue esta carta (espero que te llegue sin contratiempos). Espero que ninguna autoridad la vea.

Sabias que esta iba a ser mi primera experiencia en combate... La noche iluminada por las explosiones, el cielo rojizo. Teníamos que excavar iluminados por las bengalas en la oscuridad y por la mañana comenzo el ataque.

En mi vida había sentido un temor igual, estaba aterrorizado, todos lo estábamos, de vez en cuando algún hombre con instinto de líder se aproximaba a nuestra trinchera con un batallon, yo me quede quieto, como una roca, repartiendo muerte entre los demás. Oh dios mio fue horrible, mi compañía estaba formada por 20 buenos hombres y solo 3 pudimos salir de allí con vida.

Tal vez sientas curiosidad sobre la moral de los hombres en estas circunstancias, bien siendo franco cariño todo el mundo esta al limite, y ya nadie muestra una pizca de patriotismo, a nadie le importa como va la guerra, quien va ganando, el único pensamiento que tienen todos y cada uno de estos soldados es el de regresar a casa. Esta es honestamente la verdad, y cualquiera que haya estado aquí en los últimos meses te dirá lo mismo.

Hablando claramente, la mayor esperanza de la gran mayoría de los hombres es que las manifestaciones, o problemas del mismo país obliguen al gobierno a firmar la paz y con ello que los soldados regresen a casa. Ahora ya sabes la verdadera situación que se vive aquí.

Mi vida yo he de confesar que he perdido también mi patriotismo, solo puedo pensar en vosotros, todos los que amo, en que estáis a salvo, lejos de todo este infierno, seguros y libres, eso es lo único que me mantiene con fuerzas para poder soportar todo esto. Eres tu mi niña la que me mantiene con fuerzas.

En cuanto a la religión, que Dios me perdone, no ocupa ni uno entre un millón de todos los pensamientos que cada hora ocupan la mente de los hombres.

Dios te bendiga cariño y a todos los que amo y me aman, porque sin su amor y confianza, desfallecería y fracasaría. Pero no te preocupes corazón mío porque seguiré hasta el final, así este sea amargo o dulce, con el amor siempre como mi primer pensamiento y cuidado, mi guía inspiradora y mi aliciente.

Adiós mi amor, y que Dios te mantenga segura hasta que la tormenta termine, con el amor más profundo de todo mi corazón.

Tu amor,

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