martes, 19 de agosto de 2008

Crees?

La luna brillaba más que nunca, tanto que incluso no hacía falta la luz de las farolas que iluminaban las calles.

La lluvia golpeaba mi cabeza pero eso no me importaba, era hora de cenar y tenía hambre.

Mientras me asomaba por la saliente de la azotea podía mirarlos, tan absortos en sus vidas, tan inconscientes de lo que pasaba a su alrededor, pobres ignorantes, simples mortales, simples humanos.

Una mano se poso sobre mi hombro.



· Que haces, te veo más distraído de lo normal esta noche.


Era Kevin mi compañero, un hombre de unos treinta y poco diría más o menos, no puedo afirmar su edad con exactitud, cabello largo hasta el cuello y poco cuidado, ojos oscuros del mismo color que su pelo. Llegaría perfectamente al metro setenta, y su musculatura es producto del gimnasio, pero sin excederse.

Vestía una camiseta y unos vaqueros escondidos bajo una gabardina marrón, tenía un tatuaje en el cuello, unos símbolos extraños, nunca le he preguntado lo que significan.

Kevin me sonreía mientras me miraba fijamente, esperando una respuesta a mi despiste.



· No es nada, simplemente he pasado una mala mañana, eso es todo.

· Jajaja deberías dormir y descansar mas, te sobre esfuerzas demasiado y…

· No es nada, no hablemos más del tema.


Kevin se encogió de hombros y mi vista se fijo de nuevo en la parada del autobús, allí estaba ella, la primera vez que la vi hace una semana y pocos días me quede asombrado, pero exculpe esa inquietud a mis instintos, pero era algo mas, algo que hasta ahora no tenia cavidad en mi mente.


· Me aburroooo si no te decides iré yo a buscar la comida.


Kevin se impacientaba, pero apenas podía escuchar sus palabras, todos mis sentidos seguían a esa mujer, ni siquiera la lluvia podía distraerme.

Su edad rondaría los 22 o 23 años, era delgada con un cuerpo de infarto, pero lo que más me llamaba la atención era su rostro, esos ojos cuya mirada podían dejarme paralizado, esos labios que hacían desear besarlos, su cabello liso del mismo color que sus ojos.

Por primera vez había visto a un mortal más allá de un simple alimento.

Por cierto os había comentado que soy un vampiro.




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